Cultivo de champiñones en invernaderos

Es notable cómo cada año los champiñones y hongos en general van ganando cada vez más seguidores gracias a su versatilidad, diversidad, peculiar sabor, texturas, colores y múltiples beneficios para la dieta balanceada del ser humano. Por ello, queremos dedicar esta publicación al cultivo de champiñones en invernaderos, su producción y otros datos que pueden ser de mucha utilidad si tienes en mente adentrarte en su cultivo o incluso si ya estás en ello.

Antes de comenzar, es necesario especificar que, si bien los champiñones pueden sembrarse perfectamente a través del uso de invernaderos, se debe tener en cuenta ciertas medidas para asegurar que el producto final sea de calidad y apto para el consumo humano, ya que debido a sus características y a sus requerimientos especiales se trata de un cultivo que amerita mucha atención y cuidados específicos.

Los productores agrícolas que llevan años dedicados a cultivar hongos en invernaderos saben que, en comparación con otros cultivos que requieren cierta cantidad de luz, mucha agua y una extensión de terreno bastante amplia, los champiñones no necesitan de la incidencia de los rayos solares para poder prosperar, ya que requieren zonas donde lo que impere sea la oscuridad y la frescura.

Por ello, es importante tener en cuenta que el plástico para el invernadero debe ser 100% opaco. Además, si se puede hacer bicolor (blanco/verde por ejemplo), es un añadido para el impacto visual en el medio ambiente, ya que poniendo la cara verde por fuera, se mimetiza con el ambiente del campo.

Por otro lado, no es necesario disponer de un gran espacio, ya que dependiendo del tipo de granja y de la cantidad de champiñones que se quiera cosechar, bastará con disponer de una parte específica, sombreada y no tan grande del invernadero para poder plantar las semillas.

Cómo cultivar champiñones

Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los agricultores y aficionados es cómo cultivar champiñones. La realidad es que son diversas las alternativas que se pueden poner en práctica, sin embargo, unas de las más populares son utilizando troncos de árboles o a través de bandejas que se pueden comprar ya listas o que sencillamente se hayan manufacturado a partir de restos de otros materiales reutilizables.

Si la idea es usar bandejas, se recomienda que tengan como mínimo unos 2 pies de largo y entre 10 y 12 pulgadas de profundidad, de esta manera la materia prima puede quedar mejor distribuida y hay más garantía de que prosperen en un espacio adecuado.

En cambio, si se prefieren los troncos, éstos deben tener aproximadamente entre 4 y 6 pulgadas de diámetro y un mínimo de 40 pulgadas de largo, además de haber sido obtenidos preferiblemente de un árbol de roble u otros de madera dura como los álamos, el arce azucarero, madera de hierro, abedul amarillo y el aliso, especies que se cosechan a fines del invierno o principios de la temporada de primavera.

Lo ideal es que al usar bandejas se llenen con medio de cultivo y luego se les coloque engendro de hongos, en el caso de los troncos se deberán cavar algunos agujeros para luego llenarlos con engendro de hongos. El engendro de hongos va a depender del método de cultivo que se haya elegido y se puede escoger entre varios tipos; dos de los más usados son el de ladrillos y los de escamas.

Cómo cultivar hongos

Consideraciones para el medio de cultivo

Otro aspecto crucial es el medio de cultivo, ya que debe ser el adecuado para asegurar que el producto final sea de calidad.

Se recomienda cultivar en un entorno propicio a partir de un medio de cultivo compuesto por materiales orgánicos que contengan una gran cantidad de azúcares naturales y nitrógeno, por ejemplo, el que se obtiene al mezclar paja con estiércol. Sus propiedades húmedas y ricas en nutrientes crean el escenario perfecto para el crecimiento de los hongos.

Hay productores agrícolas que prefieren elaborar su propio compost y es totalmente válido, ya que se puede crear a partir de la mezcla de paja, turba, forraje de maíz y agua, todo dependerá de la cantidad de champiñones que se quieran sembrar, ya que, si la cantidad es mucho mayor, deberán considerarse otras alternativas como, por ejemplo, adquirir kits de hongos que ya tengan incluido el medio de cultivo y el engendro de hongos para que el resultado sea el esperado.

Si bien lo idóneo es tener dispuesto un espacio donde la oscuridad predomine, unos mínimos rayos de sol no deberían representar un daño catastrófico al momento de cultivar hongos en invernaderos. Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos para que, de no poder contar con un área totalmente oscura, la cantidad de luz realmente sea mínima, así como mantener a raya a las plagas para que no entren y evitar comprometer la integridad del cultivo.

También es importante que la temperatura dentro del invernadero se mantenga estable, aproximadamente entre 55 y 60 grados Fahrenheit, mientras que el aire debe mantenerse húmedo, tratando de tomar medidas extras para evitar la entrada de corrientes fuertes de aire que pueden resultar perjudiciales para todo el cultivo. En este sentido, es muy importante informar al fabricante de plástico sobre las necesidades específicas del cultivo para obtener el film idóneo para el invernadero.

Algunos fabricantes de plásticos que pueden personalizar sus plásticos agrícolas para adecuarlas a los requerimientos del agricultor y que cuentan con plásticos opacos:

• Reyenvas
• Solplast
• Sotrafa

Con respecto a este tema, te invitamos a leer nuestro post sobre la temperatura crítica de los cultivos donde hablamos de los diferentes tipos de plantas y su temperatura ideal y algunas recomendaciones de plásticos.

Pasos que se deben tener en cuenta para cultivar los champiñones

Lo fundamental al llevar a cabo un cultivo de champiñones en invernaderos es seguir unos sencillos pasos. Comience alistando las camas de crecimiento para poder esparcir de manera uniforme, en el lecho destinado para el cultivo, un aproximado de 2 pulgadas de tierra, preferiblemente oscura y con un alto contenido de nutrientes.

Es imperativo que el sustrato que se vaya a utilizar esté totalmente esterilizado, para lograrlo puede colocarlo en una olla de presión para asegurarse que no haya contaminantes. Posterior a esto, vierta el sustrato en el sitio dispuesto para la siembra e inocúlelo usando esporas de hongos mientras va ajustando la temperatura según el tipo de hongo que esté sembrando, esto es crucial para mantener los niveles de humedad requeridos por cada especie.

Revise constantemente a fin de notar cuando se vayan produciendo los brotes, lo cual puede ocurrir en un lapso de tres semanas, en este tiempo cubra el área de crecimiento con una red blanca de micelio e incremente la temperatura en el invernadero entre 65 y 70 grados Fahrenheit.

Rocíe al menos una o dos veces al día las bandejas o troncos para que la semilla se mantenga húmeda y, una vez que se forme el micelio, disminuya la temperatura a 60 grados Fahrenheit y coloque periódico húmedo o una pequeña capa de tierra. Ya cuando se cumpla el mes es probable que pueda cosechar los hongos.

Puede seguir aprovechando el compost para obtener nuevos crecimientos, para esto rocíelo dos veces al día. Una vez agotados los nutrientes ya no aparecerán nuevos brotes.

Uno de los aspectos que no puede pasarse por alto cuando se va a desarrollar el cultivo de champiñones en invernaderos es asegurarse que exista una adecuada condición de fructificación, o lo que en otras palabras significa asegurar una combinación perfecta de temperatura, humedad y entrada de aire para evitar que el hongo llegue a deshidratarse sin dar frutos. Aunque parezca sencillo esto puede ser todo un reto debido a las características y requerimientos de cada tipo de hongos, para esto es primordial valerse del ingenio y saber cómo personalizar las condiciones dentro del invernadero.

Cultivando hongos. Foto de Andrew Ridley en Unsplash

Producción de champiñones en Estados Unidos

Son muchos los hongos que hoy se pueden cultivar, ya sean de uso culinario o medicinales, sin embargo, dentro de las 2 mil especies de hongos comestibles existen unos que destacan y que se han convertido en los favoritos del consumo en Estados Unidos.

Los más populares son los blancos o agaricus de botón común, así como los criminis y portobellos, mejor conocidos como los marrones. También están los shiitake al ser muy utilizados en platillos gourmet, los de ostras, orejas de madera y los enoki.

Según información reflejada en el sitio web Agricultural Marketing Resource Center, solo en el año 2016 Estados Unidos llegó a producir un total de 943 millones de libras de hongos, solo un poco por debajo de la temporada anterior, siendo el valor total de la cosecha de unos $ 1.2 mil millones para ese año.

La mayoría de los hongos que se producen de manera comercial son las especies de agicarus, muestra de ello es que “de los 919 millones de libras de agaricus producidos en 2016, la mayoría, o al menos 824 millones de libras, se cultivaron para el mercado de productos frescos y se procesaron 95 millones de libras”.

Los consumidores estadounidenses continúan comprando hongos frescos, enlatados y secos, tanto nacionales como importados. El coste de los champiñones frescos suele elevarse al llegar la temporada de invierno, por lo que muchos agricultores se apoyan en el cultivo de champiñones en invernaderos para poder producir hongos sin dejar de satisfacer la demanda y como una manera de aumentar la producción durante la temporada de frío.

Un dato curioso acerca de la producción de hongos en Estados Unidos es que el condado de Chester, en el estado de Pensilvania, se ha convertido en principal productor de hongos frescos del país, al suministrar casi el 50% de la producción de la nación. Según datos reflejados por Modern Farmer, las 61 granjas que existen en este condado son las responsables de más de 400 millones de libras de hongos valoradas en $ 365 millones, contribuyendo con un estimado de $ 2.7 mil millones para la economía local.

Esta industria se encarga de generar empleos para más de 10 mil trabajadores, en su mayoría de la comunidad hispana en la zona. California está en segundo lugar con el 18% de la producción en la nación norteamericana.