Reutilización de aguas residuales como agua de riego en la agricultura
Uno de los temas que mayor preocupación genera en el mundo agrícola actual es la escasez de agua. No es un secreto que el uso irracional de recursos, así como las consecuencias del cambio climático, han influido significativamente en la falta o exceso de lluvias en diversas regiones del mundo. Por esta razón, en este post hablaremos sobre la reutilización de aguas residuales para riego como una alternativa para resolver el problema de la falta de agua en los cultivos.
En la agricultura, el agua es un recurso necesario y de vital importancia para mantener los cultivos en funcionamiento y en estado óptimo. Sin agua sería casi imposible producir alimentos que puedan satisfacer la demanda local y mundial.
Analizaremos la opinión de dos expertos en el área, Javier Tuñón Valladares, director técnico del Grupo Riegos Levante Hellín y Mauro Quintero Rodríguez, jefe de producto de la División de Geosintéticos de Sotrafa, quienes nos explicarán los detalles de un proyecto desarrollado en Castilla La Mancha, España donde se logró paliar un grave déficit de más de 1,5M m3/ año de agua de riego en la zona.
Primero, aclaremos unas preguntas básicas sobre este tema, por ejemplo:
¿Qué es la gestión del agua o de los recursos hídricos?
Es la actividad de desarrollar, distribuir y dirigir el uso óptimo de los recursos hídricos. Es decir, engloba todos los procesos, estrategias y medidas que se deben llevar a cabo para poder hacer uso del agua de una manera cada vez más eficiente.
¿Qué es la reutilización del agua?
Se trata del proceso que permite volver a utilizar el agua que ha tenido anteriormente otro uso, ya sea municipal o industrial. Si para reutilizar el agua se requiere de medios de conducción y de distribución se le llama reutilización directa, o si se reutiliza vertiéndola en afluentes para su recuperación aguas abajo, se denomina reutilización indirecta.
¿Cuál es la realidad del problema de escasez de agua?
Como es conocido por todos, los recursos naturales son finitos, es decir, no duran para siempre, de ahí la necesidad de hacer un buen uso de ellos para aprovecharlos mejor, sin que esto implique agotarlos definitivamente.
Ante esta realidad, Mauro Quintero explica que históricamente se ha hecho una distribución irregular de la pluviometría, aunado a que las condiciones actuales han ocasionado un problema de escasez de agua en todo el mundo.
Sin embargo, en el caso de España ocurre algo muy peculiar, ya que la realidad es que no ha dejado de llover o al menos no llueve menos, “los datos dicen que llueve lo mismo. En los últimos 40 años los datos de pluviometría media en este país son prácticamente iguales, tal vez con un par de décimas de diferencia, pero se mantiene igual. Asimismo, la reserva de almacenamiento de agua está distribuida de forma muy regular, está la cuenca atlántica donde se concentra el 75% de la reserva de agua y la cuenca mediterránea que es donde el clima es más desértico y donde se sufre un poquito más esto, la cual tiene solamente un 25% de la reserva de almacenamiento”.
Existen zonas donde ha habido falta de agua y se ha intentado solucionar mediante alternativas tradicionales como la creación de embalses, trasvases y tácticas para aprovechar las tormentas, entre otras, pero la reutilización de aguas residuales para riego se perfila como una solución prioritaria, ya que las ciudades continúan creciendo de manera exponencial, por lo que cada vez será más necesario contar con un as bajo la manga que permita hacer frente al futuro.
“Con los altos niveles poblacionales llegan consecuencias inmediatas, ya que en la actualidad el 10% de la población mundial, un estimado de 800 millones de personas, sufren problemas de desnutrición. Sin duda una situación dura que continuará aumentando, de ahí la imperiosa necesidad de crear soluciones viables que permitan garantizar el cultivo de alimentos para satisfacer la demanda mundial”, señala Quintero.
Uso del agua en tierras de cultivo
Con respecto al uso del agua, Quintero explica que en la actualidad del total de la tierra de cultivo que tenemos disponible, el 20% está destinada a la agricultura de riego, y ese 20% supone el 40% de la producción total alimentaria del planeta. “Si lo analizamos desde el punto de vista nacional, el 80% del consumo de agua que se hace en España es para riego agrícola”.
La reutilización de aguas residuales para riego agrícola no es algo tan sencillo, ya que todos los sistemas que se emplean requieren de una planificación previa, por ejemplo, realizar un estudio económico de todas las infraestructuras, un estudio de la fiabilidad del tratamiento al que se va a someter el agua y cómo será la financiación, entre otros.
Con respecto a los costes, Quintero considera necesario analizar el caso particular de la región de Almería donde, para ser competitivo, el coste del metro cúbico de agua utilizada para riego debería estar alrededor de los 30 céntimos de euro por metro cúbico. “El agua de la saladoras que se construyeron en Almería para riego tiene ya un doble del coste de producción del coste óptimo. Sin embargo, el coste de utilizar agua regenerada está entre 0,05 y 0,15 euros, lo que nos lleva a preguntarnos por qué no se está empleando más agua regenerada de la que se está usando en la actualidad”.
¿Cuáles son los sistemas de tratamiento del agua?
De acuerdo a Quintero, el sistema se puede dividir en tres partes:
- Fase de depuración (primario, secundario y terciario)
- Medio de eliminación de contaminantes (biológicos, físicos y químicos)
- Coste de explotación del agua
En la fase primaria de depuración se evita que ciertos organismos y residuos entren en el proceso de la depuración. La fase de depuración secundaria es de naturaleza más biológica y es donde entran en juego las lagunas aireadas, los lechos de turba y otros procesos. Luego pasa a la fase terciaria, la cual tiene una naturaleza más biológica como físico-química, donde entran en juego procesos un poco más complejos como la eliminación del fósforo, la ozonización e incluso la utilización de rayos ultravioleta para la depuración del agua.
El coste de explotación de los tratamientos del agua se puede dividir en procedimientos de bajo coste, conocidos también como métodos blancos extensivos, y procesos de alto coste que en la actualidad son la gran mayoría.
Los procedimientos de bajo coste se caracterizan principalmente por su facilidad en la operación – ya que no se requiere de una especialización del personal – requieren de una gran superficie para que puedan ser utilizados, tienen un bajísimo coste energético y una muy buena integración en el medio. En este tipo de procedimientos se habla de lagunas especiales y lechos de turba, entre otros.
Los procedimientos de alto coste también se les conoce como procedimientos de coste convencional y son sistemas radicalmente contrarios, ya que son intensivos y requieren de muy poco espacio para poder realizarse. Requieren de mucha energía, lo que resulta en altos costes energéticos, se necesita de un personal especializado para poder ejecutarlo debido a la importancia que tiene, pero al final se logran unos excelentes resultados a nivel de depuración.
Ventajas de utilizar aguas residuales para riego agrícola
Aunque al principio se puede pensar que utilizar agua proveniente de una depuradora no puede traer más que consecuencias, lo cierto es que tiene muchos beneficios, los cuales mencionamos a continuación:
- Contar con un suministro continuo de agua
- No es necesario buscar un suministro extra de agua
- Obtener un agua con un alto contenido de nutrientes
- Disminuir considerablemente el consumo del agua proveniente de recursos hídricos naturales
- Posibilidad de contar con un recurso capaz de preservar el medio ambiente
- Reducir el estrés hídrico al que se someten las riberas y los cauces de los afluentes
Riesgos de utilizar aguas residuales para riego agrícola
Así como la reutilización de agua residuales para riego tiene sus bondades, es necesario tener presente que hay riesgos que se pueden presentar, sobre todo al hablar del manejo del recurso, por ejemplo:
- Negligencia en el mantenimiento de una estación depuradora de aguas residuales
- Fallas en el seguimiento del calendario de análisis de todas las muestras, por lo que debe hacerse de manera rigurosa y meticulosa.
- Fallas en la evaluación continua de las sales y de los contenidos en suspensión del agua depurada
¿Cuáles son las normativas y la regulación del uso de aguas recuperadas?
Cuando se trata del manejo del agua y su posterior reutilización, las cosas no se pueden tomar a la ligera. En el caso de Europa, España es pionera y todos los procesos están regulados.
“La Unión Europea (UE), en su lucha contra las consecuencias del cambio climático y por la protección de la economía circular, estableció unos sistemas de calidad y usos que están regidos por el Reglamento UE 2020/741 del 25 de mayo, relativo a los requisitos mínimos para la reutilización del agua”, señala Quintero.
La finalidad de este reglamento es garantizar que las aguas regeneradas sean seguras para el riego, proteger la salud humana y la salud animal, además de multiplicar el uso del agua reutilizada.
Además del marco regulador de la UE, en España existe una regulación propia que está enfocada en garantizar que el agua reutilizada sea de calidad. Gracias a esta regulación, España se ha convertido en el país europeo con más agua reutilizada. “Estamos casi en un 11%, cuando la media de los países europeos está aproximadamente en un 2,4%. La gran mayoría del agua reutilizada se emplea en la agricultura, concretamente el 70%, mientras que para fines urbanos solo se usa el 17%”.
En el caso particular de Almería, Quintero explica que en la actualidad de los 16 hectómetros cúbicos que se consumen en la región, 14 son recuperados y tratados para facilitar un total de 3.200 hectáreas de riego, específicamente en la Vega de Almería y del Bajo Andarax. Esto es posible mediante procesos muy avanzados de depuración, ozonización y microfiltrado. “Si a la depuración se le sumase la regeneración para que el uso del agua regenerada fuese viable en todos los cultivos, podríamos contar con 50 hectómetros cúbicos extras que podrían regar aproximadamente 10.000 hectáreas de cultivo bajo plástico, esto sería de gran ayuda, no solo para multiplicar la cantidad de cultivos, sino también para todos los usuarios que enfrentan la falta de agua”.
¿Qué parámetros se deben seguir para lograr un agua óptima?
El agua de carácter residual debe cumplir con ciertas características de calidad y normas sanitarias, agronómicas y microbiológicas para que pueda emplearse, no solo en el riego agrícola sino también para el resto del agua que se utilice para otro tipo de fin.
La calidad del agua va a depender de muchos factores, por ejemplo, el origen del agua, el tratamiento que se le dé, los sistemas de distribución, así como la maquinaria depuradora y desaladora.
Conseguir un agua óptima es algo relativamente sencillo, pero el verdadero desafío es mantener la calidad del agua durante todo el proceso de distribución, lo que a veces puede ser un proceso muy largo.
8 parámetros para lograr un agua óptima:
- Salinidad. El exceso de sal puede reducir significativamente la productividad, incluso provocar el fracaso total de un cultivo. La medida de sal se puede controlar mediante la conductividad eléctrica del agua.
- Cantidad de sodio. Una concentración de sodio muy elevada en el agua, respecto a la de magnesio y calcio (una proporción de tres a uno), puede reducir la permeabilidad del suelo. Cuando el agua no llega a las condiciones ni en las cantidades que tendría que llegar, puede dar lugar a formación de carbonatos y bicarbonatos que pueden dañar los cultivos y el suelo.
- Traza de metales pesados. En las aguas residuales pueden existir concentraciones elevadas de muchos metales como níquel, cobre o plomo, los cuales pueden resultar tóxicos para las plantas y para los animales que las comen, creando el escenario perfecto para propagar el caos al resto de la cadena alimenticia.
- Cantidad de cloro. Concentraciones de cloro de más de 5 milímetros pueden dañar a la gran mayoría de las plantas. El cloro es un elemento fundamental mínimo para hacer una primera depuración de cualquier tipo de agua.
- El PH. Muy importante, ya que afecta la solubilidad de los metales que pueden estar disueltos en el agua residual y que pueden alterar el equilibrio del suelo.
- Patógenos. El agua residual puede contener muchos patógenos, los cuales pueden definirse como presencia de virus de origen humano que se pueden transmitir a través de los productos y a través de la cadena alimenticia, afectando a los alimentos y las plantas, incorporándose nuevamente a la cadena alimenticia, lo que sin duda sería terrible.
- Sólidos en suspensión. Son básicos y suelen verse en la fase primaria de la depuración. Puede dar lugar a que estos sólidos obturen los sistemas de riego y de distribución de agua, lo que elevaría el gasto, depende de la utilización que se le dé a este tipo recursos.
- Material orgánico biodegradable. En el agua van a existir proteínas, carbohidratos y grasas que van a generar una necesidad de oxígeno disuelto y que obligarán a tomar ciertas medidas de control. Una de ellas, la demanda química de oxígeno, la cual indica la cantidad de contaminantes en el agua que pueden ser oxidados o eliminados mediante el impulso del oxígeno; también la demanda biológica de oxígeno, que es la cantidad de oxígeno disuelto que se requiere durante un tiempo determinado para la degradación biológica del material orgánico que está contenido en las aguas residuales.
Quintero destaca la importancia de la reutilización de agua residuales para riego y hace énfasis en que no se trata de una mera utopía, sino de algo que ya está sucediendo, por ejemplo, en regiones del mundo como Israel donde el 90% del agua residual ya se utiliza en cualquier tipo de cultivo.
“Hay un proyecto denominado Reutivar, un modelo de riego sostenible que contempló la optimización de aguas regeneradas en el Olivar de Jaén, donde 6 comunidades de regantes recibieron 4,1 hectómetros de agua regenerada. De esta forma pudieron atender tres mil hectáreas de olivar con riego localizado de alta eficiencia, aunado a un sistema de precisión de fertirriego que ha dado excelentes resultados”.
¿Qué sucede una vez que ya se tiene el agua lista para su reutilización?
De acuerdo con Quintero, una vez que está lista, el agua debe reconducirse los kilómetros que sean necesarios hasta llevarla a un punto donde ya se debe haber habilitado un embalse de dimensiones considerables para poder contener la mayor cantidad posible de agua regenerada.
El embalse debe estar impermeabilizado para poder garantizar el servicio a un gran número de comuneros que están esperando el suministro del agua para poder realizar sus labores agrícolas.
Caso de éxito: Instalaciones de redotación de agua y balsa de riego en la SAT Regadíos de Cancarix, Castilla La Mancha, España
Javier Tuñón, Director Técnico del Grupo Riegos Levante Hellín, explica que hace poco se culminó un importante proyecto de envergadura que requirió de una gran inversión. Este proyecto tuvo como finalidad dar respuesta a la imperiosa necesidad de satisfacer la demanda de agua por parte de los regantes de la zona, sobre todo en los meses de verano y en los años en los que la sequía se presentaba con mayor fuerza.
“Nos percatamos que no había suficiente agua almacenada para los cultivos que estaban en marcha, que muchas veces eran de hortalizas y, como sabemos, este tipo de cultivos tienen muy poco margen para aguantar un estrés hídrico. De esta manera se estableció la necesidad imprescindible de hacer una nueva balsa de riego en la zona”, señala Tuñón.
Cuando se utilizan aguas residuales para el riego, el volumen de almacenamiento es un aspecto crucial, por lo que el volumen de las balsas siempre debe ser más grande. En comparación con el agua de un río, donde se puede jugar con los caudales y las horas de bombeo dependiendo de los meses en los que nos encontremos, el agua residual no se detiene ni se puede regular, ya que se produce desde el minuto uno durante todo el año sin parar. Esto permite tener una buena reserva de agua para cuando los niveles descienden una vez que llega la temporada de verano.
¿Ha habido un avance en la gestión del agua para riego?
Según explica Tuñón, en las últimas décadas ha habido un importante avance en cuanto a las prácticas de riego, pasando así de tácticas como el riego por gravedad, por ejemplo, las cuales hoy son obsoletas y poco eficientes al generar un consumo de agua sin ningún tipo de ahorro, a lo que en este caso es la reutilización de aguas residuales para riego.
En la actualidad es notorio cómo se han modernizado los regadíos, se han dado ayudas a comunidades de regantes para modernizar sus regadíos y para que la gestión del agua sea cada vez más eficiente, disminuyendo así las pérdidas de agua. Hoy se ha conseguido aportar menos cantidad de agua, pero con más eficiencia.
Los instaladores también se han ido modernizando, han cambiado la forma de fabricar ciertos materiales y equipos, buscando generar un ahorro y una máxima eficiencia. “Quienes hemos estado en el lado de la instalación o del diseño de instalaciones también sentimos la necesidad de adoptar las soluciones que nos lleven a una gestión más eficiente del agua”, señala Tuñón.
¿Cuál es el coste medio por metro cúbico de convertir un agua residual en agua apta para riego?
Tuñón explica que en el caso de proyectos como el de Cancarix, el coste es de cero, ya que si bien hay un coste de generar o depurar el agua que forma parte del ciclo del agua urbano, el agua que se genera a la salida de una depuradora no supone un gasto para el agricultor.
“En este caso específico no ha habido necesidad de impulsar el agua, ya que llega por gravedad a la zona de riego; si hubiera algún punto de impulso intermedio, ahí sí habría un coste, de ahí la diferencia entre ciertas zonas donde el agua desalada puede valer hasta 60 céntimos de euro y donde sería prudente analizar si realmente es viable o si es imposible aguantar”, explica Tuñón.
Lo bueno de tener un embalse donde la impulsión del agua se haga por gravedad es que no es necesario utilizar ningún tipo de energía para impulsarla desde la estación depuradora hasta la balsa.
Tuñón comenta que “al principio fue sencillo porque la estación depuradora de aguas residuales está en una cota de 50 metros por encima de la zona de riego, con esto supimos que el agua se podía conducir por gravedad, al tener un desnivel de 50 metros, de haber sido diferente hubiera sido un fiasco”.
Tuñón explica que la complejidad se presentó al ver que la zona de riego estaba muy alejada, un estimado de 30 kilómetros de distancia de la estación depuradora. “Tuvimos que atravesar una gran parte del término municipal y se necesitaron estudios para determinar un trazado que tuviera afecciones mínimas y sobre todo asegurarnos de evitar zonas de ascenso que pudieran comprometer el paso del agua, garantizando así la conducción por gravedad”.
Relacionado a este tema, te recomendamos leer nuestro artículo sobre cómo mejorar el consumo de agua en los cultivos.
¿Qué material se emplea para impermeabilizar la balsa?
Teniendo en cuenta que se creó un embalse para albergar un millón de metros cúbicos de agua, Tuñón indica que en esta oportunidad el material elegido fue geomembranas de polietileno de alta densidad de un milímetro y medio de espesor fabricado con materiales y niveles altísimos de control de calidad, no solo para proteger la balsa y evitar que se rompa, sino también para proteger al entorno que le rodea.
Según comenta Tuñón, “una de las premisas fundamentales ha sido la de emplear materiales muy seguros para minimizar los riesgos de rotura o daños colaterales””.
Se tuvieron que cumplir diversas premisas solicitadas por el ente medioambiental para que pudieran autorizar la ejecución de la balsa como, por ejemplo, el cuidado de la pequeña fauna de la zona, ya que existía la posibilidad de que pudiera colarse por el cerramiento del pasillo de coronación y terminar dentro de la balsa sin poder escapar.
Como comenta Tuñón, “ante esto resolvimos colocar una lámina rugosa de Sotrafa en paños intercalados como rampas de evacuación para la fauna de la zona. Esto nos hizo ser pioneros, por lo que probablemente las construcciones a futuro van a requerir de la utilización de estas láminas rugosas en beneficio de la fauna local”.
Como asegura Quintero, en este sentido existen muchos tipos de láminas rugosas y para cada caso se debe analizar cuáles son las necesidades para ofrecer la solución más efectiva.
¿De qué manera los fabricantes de geosintéticos pueden ayudar a optimizar el trabajo de diseño e instalación de estas soluciones en proyectos de obra hidráulica?
De acuerdo con Tuñón, los fabricantes siempre están realizando mejoras a sus materiales, teniendo en cuenta las longitudes y el grosor, la durabilidad y cómo lucen, sobre todo para satisfacer las necesidades específicas de cada zona donde se realicen los proyectos.
Una de las opciones disponibles en el mercado son las soluciones de geosintéticos para obra hidráulica de Sotrafa.
“El tamaño del rollo de polietileno se ha ido mejorando para que los instaladores tengamos que hacer menos soldaduras, y menos soldaduras de paño se traduce en más seguridad del material y por ende menos costes. Asimismo, se ha mejorado el tipo de lámina rugosa que tampoco existía hasta hace unos años, lo que permite solventar problemas que no son menores”, señala Tuñón.
Con respecto a los colores de las láminas plásticas también ha habido mejoras significativas, ya que no solo se encuentran láminas negras, sino que, dependiendo de las necesidades estéticas de cada región o de cada proyecto, hoy se pueden fabricar geomembranas blancas, verdes, marrones o grises y de esta manera se genera un menor impacto visual. Todo va a depender de los requerimientos y del presupuesto disponible.
Otro punto de vital importancia es el sistema de drenaje de la balsa. Para entender todos los aspectos a considerar en este sentido, te invitamos a ver el webinar realizado sobre recuperación de aguas residuales y cuál fue la solución de drenaje diseñada para este proyecto concreto en Castilla La Mancha.
¿Cuál es la estimación del volumen del embalse requerido por hectárea de riego?
Según Tuñón, se trata de un dato imposible de saber con exactitud, primero porque jamás será lo mismo una hectárea de riego de almendro de pistacho, por ejemplo, que de brócoli o de tomate, no son los mismos requerimientos ni la misma distribución anual de necesidades.
También habría que partir de lo más importante que es la cantidad de agua de la que se dispone, ya que no es igual un suministro de 100 litros por segundo que de 50 o de 20 litros por segundo, entre otras cosas.
Como comenta Tuñón, “el cálculo del volumen de un embalse es algo que se debe hacer bien, eso implica un balance mensual de necesidades de consumos y sacar un déficit mensual que es el que te va a llevar al volumen anual que te hace falta”.
Te recomendamos también leer nuestro artículo sobre poliriego: qué es, ventajas, desventajas, métodos utilizados y beneficios al utilizar tubos plásticos.
¿Qué tan sensible es la geomembrana ante la radiación solar? ¿Cómo es el mantenimiento de este material?
Sobre este aspecto en particular, Quintero explica que las geomembranas deben verse como la piel humana y protegerlas, ya que básicamente les afectan las mismas cosas como la radiación ultravioleta, el oxígeno, el paso del tiempo y los diversos factores climáticos presentes en el día a día.
“Basándome en las geomembranas que producimos en Sotrafa, en nuestro caso la Alvatech 5002, pero esto aplica para el resto de las variedades que se producen en la compañía. Volviendo a este ejemplo en particular, se trata de una geomembrana que se cuida desde el principio, es decir, a la materia prima le incorporamos nitrógeno a través de las tuberías por las que viajan las bolitas de polietileno, esto para desplazar el oxígeno y que no pase el tiempo hasta que la geomembrana salga por el cabezal de la lámina. Hacemos dos paquetes de antioxidantes, uno primario que se utiliza para proteger a la geomembrana durante el proceso de la producción y uno secundario que empieza a actuar una vez que la geomembrana es expuesta”.
Asimismo, Quintero señala que generalmente se utiliza el negro de carbono como protector UV, ya que es más común, pero se pueden emplear otros protectores como los que se utilizan en geomembranas blancas o de colores donde no se puede usar el negro de carbono. Aunque son láminas sensibles tienen mucha durabilidad y son superiores al periodo de garantía que comercialmente se le da a este tipo de geomembranas.
¿Cómo se realiza la limpieza de sedimentos en la balsa?
Para el proyecto de Cancarix existen dos sistemas. Por un lado, una rampa de hormigón de cinco metros, la cual se construyó para permitir el paso de cualquier tráiler o camión a través de una pendiente y, por otro lado, colocamos una salida exclusiva de limpieza por donde se puede hacer limpiezas menos exhaustivas.
En el caso de la rampa de hormigón, cuanto se tenga que realizar una limpieza mayor -proceso que no es frecuente, ya que la toma de agua es flotante con tuberías perforadas flotantes, permitiendo que el agua que se recolecta provenga de la superficie y jamás del fondo- los vehículos podrán ingresar hasta el fondo de la balsa para realizar el procedimiento.
“Como las impurezas se quedan abajo, la limpieza se realizará solo cuando se llegue a un nivel de impurezas o cuando se vaya perdiendo la capacidad de almacenamiento, es decir, no hace falta limpiarla con regularidad, pero cuando lo amerite tenemos esta rampa de limpieza”, expresó Tuñón.
¿Cuál es la durabilidad de la geomembrana?
De acuerdo con Mauro Quintero, la durabilidad de la geomembrana va a depender de diversos factores como, por ejemplo, cuál fue su proceso de producción, qué tipo de materia prima emplearon, cómo es el tratamiento que se le da y para qué la están utilizando.
“En el caso de la producida por Sotrafa puedo decir que, a través de un proceso adecuado y del uso de materia prima de primera calidad, gracias a la relación que tenemos con las mejores petroquímicas del mundo, las geomembranas que se obtienen son de alta calidad, por lo que la durabilidad media puede ser de entre unos 10 o 15 años aproximadamente, todo dependerá de los elementos climáticos a los que esté sometida y de dónde esté colocada”, señala Quintero.
Asimismo, explica que una vez que las geomembranas superan su período de garantía, se realizan testeos y se toman muestras de los embalses para controlar cómo va la vida útil de la geomembrana y así saber entre otros aspectos, cómo está el porcentaje de paquete de aditivación que le queda, “ya ahí es posible determinar si todavía está en condiciones y le quedan años de vida o si ya es necesario prescindir de ella”.
Para conocer más detalles sobre este tema, recomendamos ver nuestro webinar sobre recuperación de aguas residuales como agua de riego en la agricultura.