Producción de cáñamo: qué se debe considerar y cómo ayudan los plásticos agrícolas
La producción de cáñamo de manera industrial es una actividad que se ha venido realizando desde hace muchas décadas, aunque en la actualidad hay quienes, tal vez por desconocimiento, consideran que es algo ilegal que no debería llevarse a la práctica.
Conocer un poco de qué se trata podría ayudar a esclarecer algunas dudas como comprender para qué sirve y cuáles son algunos de sus múltiples usos. En las siguientes líneas dejamos información que puede ser de mucha utilidad para quienes están inmersos en el mundo de la agricultura y para el público general.
Un poco de historia sobre el origen del cáñamo…
Algunos relatos reflejan que la producción industrial de cáñamo, también conocido como “Cannabis Sativa L”, tiene una amplia trayectoria con el ser humano. En sus inicios el cáñamo se sembraba para obtener fibra usada en la producción de cuerdas, bolsas de granos, fundas de carretas y ropa. Entre los años 1700 y 1800 llegó a haber más de 100 fábricas de agua para procesar fibra de cáñamo, solo en el condado de Lancaster, Pensilvania, Estados Unidos.
Las semillas también se aprovechaban para obtener aceite que era usado en elaboración de tintas, pinturas, barnices y aceite para lámparas. La mayoría de los tipos que se cultivaban en climas templados tenían un contenido mínimo de tetrahidrocannabinol (THC), sustancia que hasta la década de 1960 no había sido determinada como el componente psicoactivo que elevaba a una persona, motivo por el que no había manera de distinguir la producción de cáñamo industrial con bajo contenido de THC de las variedades con alto contenido de THC como las que se usan para la marihuana medicinal, según información obtenida del sitio web de Penn State Extension.
Restricciones en la producción de cáñamo
Con los años hubo ciertas restricciones con la producción de cáñamo debido a que aparecieron ciertas variantes de marihuana con un mayor grado de THC que estaban vinculadas al tráfico de drogas, por lo que durante años se prohibió su cultivo, sin embargo, con el cambio en las legislaciones se le ha ido permitiendo a los estados retomar la producción de cáñamo con algunas limitaciones y supervisiones muy rigurosas.
Hay que dejar claro que, aunque biológicamente están vinculados y sean cultivos de la misma especie, el cáñamo industrial y la marihuana son distintos. Por ejemplo, el cáñamo industrial se cultiva para obtener su fibra y semillas, dándole varios usos: alimentos, combustibles, productos de cuidado personal e industriales, mientras que los cultivares de marihuana se hacen para obtener altos niveles de THC.
¿Qué se debe considerar en la producción de cáñamo?
Con respecto a su producción hay que considerar ciertas condiciones del cultivo de cáñamo, por ejemplo, que no crece bien en suelos con mucha humedad o con mucha arcilla, en este caso es mejor ubicar terrenos que estén bien drenados y que posean un nivel de pH entre los 6.0 y 7.0.
De acuerdo a información publicada por PennState Extension, “el cáñamo suele ser susceptible a la formación de capas y a la compactación del suelo, por lo que es recomendable sembrarlo entre mayo y junio. Hay algunas especies de origen canadiense que son consideradas de temporada corta, las cuales pueden cultivarse hasta mediados o fines de junio, logrando madurar antes de las heladas”.
¿Cómo ayudan los plásticos agrícolas en la producción de cáñamo?
La planta de cáñamo, al ser de día corto y no necesitar de mucha luz solar, comienza a madurar cuando el día dura menos de 12 horas. En el caso de zonas donde se quiera cultivar y haya mucha luz solar, los agricultores pueden poner en práctica un sistema de túneles hechos con plásticos agrícolas que regulen la entrada de luz y que cree el escenario ideal para que el cultivo prospere.
Cuando se piensa específicamente en la obtención de semillas, el cáñamo que debe cultivarse es por lo general de variedades medianas a más cortas, las cuales deben adquirirse en otros países, ya que no está permitido el envío de semillas entre estados. Las variedades escogidas deben ser las que tengan los niveles más bajos de THC (menor al 0.3%) como una manera de cumplir con las especificaciones propias de la producción de cáñamo.
En la actualidad no existen herbicidas etiquetados para ser usados en la producción de cáñamo, por esta razón, es necesario un mayor control en la aparición de malezas. Se aconseja que el cáñamo se siempre en hileras, como se hacer en el cultivo de maíz o utilizando semilleros como los utilizados para cultivos forrajeros (plantas herbáceas, gramíneas o leguminosas) para mantenerlo firme y nivelado.
Dependiendo de la variedad seleccionada, se recomienda cultivar un promedio de 25 a 35 libras por acre con una profundidad de aproximadamente ½ a ¾ de pulgada, es decir, contar con un soporte denso y perforado que permita controlar mejor las malezas.
Para saber qué fertilizante usar es necesario hacerle una prueba al suelo, por ejemplo, para los terrenos con buenos niveles de fósforo y potasio que tengan un potencial de rendimiento de 1.500 libras, lo ideal sería unas 150 libras de nitrógeno, 30 libras de fosfato y 20 libras de potasa, según información reflejada en el sitio web de Penn State Extension.
Plagas e insectos que pueden comprometer el cultivo de cáñamo
Como otros cultivos, el cáñamo puede recibir el impacto de plagas de insectos o enfermedades que terminen comprometiendo la calidad del cultivo. Dentro de las más comunes están el moho gris y blanco, las manchas foliares bacterianas, virus y pudrición, entre otras, así como presencia de lombrices, escarabajos de pulga, saltamontes, larvas y pulgones.
Lo ideal es evitar al máximo cultivar en terrenos que tengan historial de haber sufrido alguna de estas enfermedades y plagas, ya que el riesgo de comprometer la producción de cáñamo aumenta significativamente. Te invitamos a leer un post relacionado a la importancia de monitorear los cultivos.
Una alternativa para prevenir la aparición de malezas o plagas indeseables es utilizar películas plásticas que se ajusten a las necesidades del terreno, ya sea para mantener la humedad en unos niveles óptimos donde sea casi imposible que aparezcan o para evitar que los cultivos tengan mayor contacto con el suelo donde pudieran estar albergadas. Por lo general, se recomienda el uso de plásticos de acolchado blanco/negro para controlar la temperatura del suelo y proporcionar una radiación extra de luz a las plantas. Algunas referencias:
Dependiendo de la calidad de la fibra, el cáñamo debe cosecharse cuando las plantas están entre la floración temprana y la producción de semillas. Una vez que se corte el cáñamo debe pasar por el proceso de descortezado para romper los lazos entre las fibras largas externas y las cortas internas. El proceso más común es la retirada del campo y se refiere a dejar el cultivo en el campo por un lapso de cinco semanas para que ocurra la descomposición del campo.
Una recomendación es que cuando se trata de cultivos de hileras, estos se rastrillen al menos 2 o 3 veces antes de cosechar para secar y quitar los materiales de las hojas, de esta manera se podrá terminar se secar y se embalará en fardos para poder almacenarlos hasta que se necesiten.
Producción de cáñamo como una alternativa de cultivo de rotación
La producción de cáñamo industrial puede ser una excelente alternativa cuando de cultivos de rotación se habla. Logra eliminar las malas hierbas y reduce los brotes de insectos y problemas de enfermedades. Además, puede ayudar a reconstruir y preparar los terrenos sustituyendo la materia orgánica y dándole una especie de oxigenación gracias a su sistema de raíces. Conoce más detalles sobre la importancia de la rotación de cultivos para mantener la salud de los suelos.