Mejorar el consumo de agua en los cultivos
En la producción agrícola convergen diversos factores que son fundamentales para que los agricultores puedan obtener el máximo potencial de las áreas destinadas para los cultivos. Desde hace algunos años uno de los temas de conversación que sin duda se hace presente en charlas, conferencias y encuentros entre agricultores a nivel mundial, es cómo mejorar el consumo del agua en la agricultura como una manera de disminuir el impacto ambiental y hacer frente a los nuevos desafíos.
Según datos del portal Seametrics, el consumo de agua para la agricultura en Estados Unidos abarca un aproximado del 80 por ciento, mientras que en la mayoría de los estados que se ubican en la zona occidental de la nación llega al 90 por ciento. En este sentido, el riego agrícola resulta ser uno de los mayores consumidores de agua dulce, muestra de ello se percibió en 2005 cuando, luego de realizar una recopilación de datos, se pudo conocer que la irrigación representó 32 veces más extracciones de agua dulce en comparación con la que es utilizada en el ámbito doméstico (128 mil millones de galones por día contra 4 mil millones de galones por día).
En la actualidad el acceso al agua está resultando algo limitado y, si se quiere, costoso. De ahí la necesidad de implementar en el área agrícola políticas de riego más eficientes como una manera viable de contribuir a que el consumo del agua en la agricultura sea cada vez más responsable, garantizando así la rentabilidad de los cultivos.
La información proporcionada por el United States Department of Agriculture, refleja que desde hace algunos años se han venido desarrollando propuestas significativas con el objetivo de mejorar la gestión del agua en las granjas, con esto se ha logrado contribuir a reducir las tasas promedio de agua por acre en todos los cultivos y regiones. Asimismo, existen medidas institucionales que centran su atención en el cuidado de las cuencas hidrográficas y la necesidad de preservar el agua usándola con sabiduría, sobre todo en las temporadas de sequía donde cubrir la demanda agrícola es crucial.
Además de la modernización de la técnica del riego controlado, una de las alternativas por excelencia que los productores agrícolas están aprovechando para mejorar el consumo del agua en la agricultura, es la utilización de películas plásticas. Al valerse de esta herramienta los agricultores han notado mejoras significativas en el rendimiento de sus cultivos, al tiempo que ahorran una gran cantidad de agua, insumos y dinero.
Cómo influye el uso de plásticos
El plástico en la producción agrícola no solo brinda protección a los cultivos ante los diversos factores externos como los cambios en el clima, insectos y enfermedades, sino que también ayudan a alcanzar mejores cosechas al permitir modificar las temperaturas de acuerdo a las necesidades de cada espacio.
El uso de plásticos para la agricultura es extenso y existen muchos tipos como, por ejemplo, el acolchado, que básicamente se utiliza para ahorrar agua, obtener cosechas tempranas y con mejor apariencia. Los efectos de utilizar este tipo de plásticos, así como tanques de almacenamiento para agua, son favorables pues permiten conservar la humedad y los nutrientes de los suelos, conservar su estructura y aprovechar al máximo los abonos para que los cultivos rindan más, estén protegidos y se obtenga una mayor cantidad de productos sanos.
Los plásticos acolchados no sólo tienen un impacto directo en la estructura del suelo, sino también en la pérdida de agua de riego por evaporación. Los sistemas de riego más técnicos, como los sistemas de goteo, constituyen un enorme paso al frente en la economía del agua, aunque las importantes inversiones en estructuras fijas condicionan un retorno de la inversión más rápido. Los avances más básicos con mangueras de riego en plano para el riego a baja presión, se han convertido en una solución común a problemas para el riego de grandes superficies en cultivos como el algodón, la caña de azúcar, la soja o incluso el tabaco. Estos plásticos flexibles se adaptan fácilmente a cualquier terreno, no requieren estructuras permanentes y han reducido el consumo de agua y energía en varios ensayos realizados en los Estados Unidos.
El uso de plásticos agrícolas en general se ha extendido transformando significativamente las zonas de cultivo, además están presentes en todos los procesos que ayudan a mejorar el consumo del agua en la agricultura, gracias a su cualidad de concentrar la humedad y todos los nutrientes de la tierra.