Controlar plagas en cultivos de fresas

Una manera de garantizar la sostenibilidad y viabilidad de las plantaciones es llevando a cabo un adecuado control de plagas y malezas, ya que de lo contrario es muy probable que el terreno elegido para el cultivo, sobre todo de frutas, vegetales y hortalizas, sufra severos daños quedando improductivo.

En el caso específico del cultivo de fresas, existen diversas estrategias que se pueden implementar para suprimir el crecimiento de las malezas y hacer que el cultivo prospere y se arraigue. En este artículo hablaremos acerca de cómo controlar plagas en cultivos de fresas a través del uso de acolchados biodegradables.

Existen diversas formas de cultivar fresas, una de ellas es empleando un sistema de producción a través de hileras enmarañadas donde las plantas se siembran con una separación de entre 30,5 cm a 61,0 cm en la hilera, mientras que los tallos de los trasplantes se llenan en el resto del espacio de la hilera. El espacio entre las filas puede variar aproximadamente de 106,7 a 132,1 cm de centro a centro.

Sin embargo, los agricultores que siembran a través de este sistema se encuentran con el gran desafío de que las fresas recién plantadas tienden a ser más susceptibles a la competencia de malezas, sobre todo durante los primeros dos meses después de la siembra. Incluso puede haber una disminución considerable del rendimiento del cultivo cuando no se logran controlar las malezas al inicio de la temporada.

 

¿Qué se puede hacer para controlar la maleza en cultivos de fresas?

Controlar malezas es sin duda una de las principales preocupaciones de los agricultores. Una manera de proteger el terreno de cultivo, sobre todo contra el frío invernal y la incidencia de plagas y malezas, es aplicando paja de trigo, centeno o cebada cuando va finalizando la temporada de otoño o plásticos agrícolas biodegradables especialmente diseñados para esto.

Los agricultores deben tener presente que las nuevas plantaciones no tienen mantillo de paja para controlar las plagas en los cultivos de fresas hasta la segunda temporada, ya que la competencia de malezas dentro de las filas puede inhibir el establecimiento del rodal y reducir los rendimientos futuros.

La clave es encontrar la manera más eficaz para controlar plagas y malezas en el primer período de las nuevas plantaciones, así se garantiza su sostenibilidad a largo plazo.

Sin embargo, todo va a depender de los requerimientos de cada terreno y de esa plantación específica, por lo que hay quienes prefieren valerse de herbicidas para hacer el control, aunque por sí solo no es tan efectivo; además, en la actualidad son muy pocas las opciones disponibles que tengan cualidades residuales capaces de generar un efecto más duradero para prevenir la incidencia de malezas en el año de establecimiento y la reducción del rendimiento en temporadas futuras; otros agricultores se inclinan más por el uso de acolchados biodegradables para controlar plagas en cultivos de fresas.

Acolchados biodegradables, la opción más viable

Utilizar películas plásticas es de vieja data en la agricultura y los agricultores se valen de ellas para mejorar las condiciones del terreno y mantener a raya los agentes que puedan comprometer la integridad de los cultivos. Sin embargo, al tratarse de la siembra de fresas en hileras enmarañadas es casi imposible optar por plásticos convencionales no degradables, ya que estos impiden que los corredores enraícen y llenen la hilera.

La opción más viable, en este caso, sería emplear acolchados biodegradables para controlar plagas en cultivos de fresas, ya que, es más manejable y al descomponerse en un estimado de 60 a 90 días desde su aplicación, hay una mayor probabilidad de suprimir las malezas durante la parte crítica de la temporada y, al mismo tiempo, permitir que los corredores llenen la hilera una vez que el material se va degradando.

Adicionalmente, cuando comienza la temporada de invierno se puede aplicar paja como una manera de acelerar el proceso de degradación del acolchado biodegradable. De esta manera se procura una degradación más completa y se evita que los pedazos del acolchado que van quedando salgan volando y caigan en otros cultivos.

¿Por qué plásticos biodegradables?

Desde hace algunos años han ido en aumento las campañas para reducir en gran medida el uso de plásticos y materiales que lo contengan, creando en la población una conciencia que antes no existía. Cada vez son más los productores agrícolas que están optando por alternativas más sostenibles y amigables con el medio ambiente, ya que las opciones convencionales son incapaces de biodegradarse con el paso del tiempo.

Al usar acolchados biodegradables se evita la proliferación de malas hierbas en los cultivos de fresas, se retiene mejor la humedad del suelo, la estructura del lecho del suelo mejora considerablemente y se mantiene la calidad del producto final cultivado. Con los avances tecnológicos se han logrado diseñar plásticos que, si bien están hechos a base de polímeros, tienen la cualidad de descomponerse de manera orgánica, convirtiéndose en material compostable que contribuye a reducir el impacto al medio ambiente.

Un aspecto relevante al optar por acolchados biodegradables en los cultivos de fresa es la importancia de preparar muy bien el terreno, ya que dependiendo de cómo se encuentre y de las condiciones que se propicien, habrá un mayor o menor rendimiento de estos plásticos.

Se debe evitar que queden piedras u objetos afilados que dañen el plástico, así como esperar un tiempo prudencial para que los fertilizantes orgánicos se disipen un poco y sus residuos no comprometan la integridad del material al acelerar la degradación.

Para conocer un poco más sobre este tema, recomendamos leer nuestro artículo sobre ventajas, desventajas y diferentes aplicaciones de los acolchados. Asimismo, está a la disposición un webinar donde expertos en la materia abordan el tema de los beneficios y rentabilidad de los acolchados biodegradables que puede ser de mucha utilidad.

También te invitamos a leer un estudio realizado sobre la eficiencia del uso de plásticos acolchados en cultivos de fresa.